lunes, 27 de mayo de 2013

Sol.


Sentado, apreciaba el sol, 
éste quemaba mi piel hasta provocar en ella un cierto malestar, 
¿por qué quemas corazón?, si yo tan solo supe acariciar tu color,
tan resplandeciente, tan lúcido,
cegando mis ojos, recordé su suspiro.
"Estoy cansado", replicó el sol.
"De la mentira de tu dulce mirar".
No corras viento, si tú te vas, 
pobre cielo que arderá en el infierno.


martes, 21 de mayo de 2013

Lo que aún no sabes.

Como si de una estrella fugaz de tratase, pasó por mi cabeza. Intenté rechazarlo para no incrustar el dolor entre la transparencia de mi sensibilidad, no pude, tuve que decir, era demasiado tarde, para ocultar todo aquello que necesitaba desde hace un tiempo, todo aquello que perdí cuando todo parecía estar saliendo bien.Grité a la luna, para que de algún modo pudiese escucharme, bajo el anochecer de su mirada, tan resplandeciente, tan abandonada. Lógicamente pensé, que no llegaría a contestarme, que solo en sueños atraparía esa respuesta, deseada. Y me obsesioné con la locura, sin la mera conclusión de que podría volar cuando el rojez de mis ojos brillasen. Todos gritaron, humillaron las pobres aceras, en las que de vez en cuando me acomodaba para verte pasar. Vuelve a aparecer-dije. Y me volvió a cegar el sol, intenso como un suspiro frágil, convirtiéndose en lágrimas callando todo lo que aún no sabes.


lunes, 20 de mayo de 2013

Falsa ilusión.

Ya es demasiado tarde, no hay vuelta atrás. Las nubes corrieron hacia el sol, me prohibieron escapar, de la asquerosa realidad. Quiero volar-grité. Quiero rozar el cielo con la yema de los dedos. Y recé a la locura, para que ésta no me detuviera. Caminar dijeron, y no parar. Seguir, tropezar, qué más da. El viento vino para desprender el cielo azulado por el que debo pasar. Sopló el viento, tan feroz, voló la tristeza, de la mano de la soledad.Quiero una respuesta-grité una vez más. Con violencia me golpeó, llevándome hacia la falsa ilusión. 

domingo, 5 de mayo de 2013

Soledad.

Me siento vulnerable a la vida, posiblemente aún no me haya levantado del suelo, quizás nunca haya querido levantarme. Andar descalzo, insinuar una eterna felicidad para los que aún contemplar si hay sitio para otra lágrimas más. Pero sigue haciendo viento en los días soleados, y la brisa ha dejado de acariciar mi rostro. Hacía tiempo que no volvía a recordar y hoy, hoy es el día en el que sus ojos, su mirada, no las puedo olvidar. A veces necesito inspiración para explicar, pero ya no puedo encontrarla, me juré volver a sonreír, y aquí me hallo, buscando mi sitio entre la soledad.