lunes, 27 de mayo de 2013

Sol.


Sentado, apreciaba el sol, 
éste quemaba mi piel hasta provocar en ella un cierto malestar, 
¿por qué quemas corazón?, si yo tan solo supe acariciar tu color,
tan resplandeciente, tan lúcido,
cegando mis ojos, recordé su suspiro.
"Estoy cansado", replicó el sol.
"De la mentira de tu dulce mirar".
No corras viento, si tú te vas, 
pobre cielo que arderá en el infierno.


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