¿Dónde estás? pregunté.
No escuché nada, solo el ruido del viento en mi pelo.
¿Dónde estará? pregunté.
Volví al escalón de las despedidas.
¿Dónde estarás? pregunté.
Pero nadie respondió y mi corazón empezó a dilatar entre mis heridas.
Da igual, ya volverá. Y aquí nadie volvió.
Los recuerdos hicieron de mi, pequeñas gotas en un día de lluvia.
El gris como la más espléndida perfección, viajó entre las nubes del mismo perdón.
Crece y respira, no mires hacia atrás, ya volverá.
Y indignada se marchó en busca de una nueva esperanza,
pues la suya la perdió
la mentira se la llevó.
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