sábado, 27 de julio de 2013

Silbido del viento.

Cuando tu interior grita sin parar, tu imaginación empieza a formar parte de tus días, donde solo se guarda sitio para los sueños. No hay necesidad de explicar, ya que no encuentras las suficientes fuerzas para destruir esta debilidad. Has perdido la razón e incluso las palabras para intentar hacerles creer de que todo va bien. Tan solo te quedó el escapar, alejarte de todo con tal prisa que nadie se girase al pasar. Mediante risas fingidas que poco a poco resultaron ser ciertas, las hojas seguían su curso, no paraban de volar y con éstas la locura, que fue perdiendo el sentido de las cosas. Ahora, que de tan oscuro color se vuelve todo, el tiempo sigue anclado en el mismo lugar, las flores dejaron de florecer, el silbido del viento vuelve a cantar.

Maldita soledad.

Se disfrazó.
Para poder disimular la tristeza que ésta le inyectaba hasta matar.
Horas, gastadas por los niños, jugando un poquito más antes de marcharse a acostar.
Por su ventana contempla las flores marchitas, nada de beber.
Caballero, ya oscureció-dijeron.
El desplazamiento de las agujas suenan con extrema velocidad.
El maldito humo empieza a fluir, más tarde, se esfumará.
Déjame pensar-grita.
Pero los niños dejaron de jugar.
"Largo, maldita soledad".

jueves, 25 de julio de 2013

Cada noche.

De repente pasa. Todo se desvanece.
El correr de las horas saben amargas y las agujas la apuñalan hasta hacer sangrar cada uno de los recuerdos por los que sigue en pie.
A veces sonríes, aveces lloras, pero nada cobra importancia ésta noche. Caminas sin rumbo a algún lugar, mirando con disimulo una de las lunas que brillan cada vez que alzas la mirada. 
Y en ello consiste, en caminar, caminar y no parar, morir y volver a morir, cuando la sangre sigue brotando directa a las alcantarillas. Asustada, lo intentas evitar, pero ya es demasiado tarde ,la herida es profunda y el dolor insoportable. Te acomodas en algún cómodo sofá, mientras que se consume el vicio, mientras que tu interior se contamina cada día más, cada noche. Y ya está, sostienes el mundo en tus pies, ya no lo puedes levantar.

jueves, 18 de julio de 2013

Nada más que decir.

No es necesario presentarme para poder desahogarme en un rinconcito de ésta página, supongo. Quizás la mayoría que llegue a leer ésto ya me conocen, o creen conocerme. Apostaría todo por la segunda opción..
No tengo un motivo realmente sorprendente para manchar de palabras ésto, o sí, o no lo sé, quizás quería teclear un poco antes de tumbarme, perder la mirada en el techo y pasar horas y horas ahí, como un ser sin vida, sin más sentimientos. Y aún sabiendo que ésto no le va a llegar a nadie porque es personal, necesito expresarlo de alguna manera.

Soportar. Esa es la palabra. Soportar cada día el tener que levantarme, vacía, incorporar mi cuerpo y llenar de lágrimas mis rodillas. Secarlas todas, sonreír y vuelta a la misma historia. Soportar el tener que explicarles a todos que todo marcha bien, mentirles, para que no te vuelvan a preguntar una vez más que te sucede. -¿Qué te pasa? +Nada. Cansarse de lo mismo, de no saber explicar cómo estás, porque ni tú mismo lo sabes, ya no eres consciente de lo que sientes ni de lo que te duele, solo respondes a tu piel, a tus ganas de salir y reventar al mundo de la impotencia, de golpear todas las paredes, de pisotear y empujar todos los carteles, de reventarte a ti mismo por haber dejado cambiarte tanto. Pero cuando intentas ver dónde estás, dónde está la que fuiste antes, ya se ha ido, y no te queda más, que vivir con lo que eres día a día.
Pero callas, callas todas tus respuestas a todas sus preguntas. Quieres responder de la mejor manera pero ni puedes, porque no te sale, y ahí es cuando te percatas de que estás contra el mundo. Que ese "mundo" tan bello en el que otros creen vivir, es tan solo una entrada directa a los rifles, a la matanza, a sollozar de dolor.

Algunos se apoyan en sus amigos, pero yo no puedo hacerlo. No es que no pueda, es que no sé. He sido una completa inútil con la mayoría. Pero no puedo evitar esconderme, de alejarme , de comportarme tal y como lo hicieron conmigo alguna vez. Porque no sé ya como explicar lo que sentía en esos momentos, esa rabia, esos golpes, esas ganas de morirme, de sentirme basura, de ser pisoteada una y otra vez. Y cuando al fín consigo olvidar, hacerlo más ameno. Ahí están, detrás intentando acuchillarme, pero no me reematan de una vez. Poco a poco incrustan el metal, y lo dejan ahí, hasta que poco a poco llegue hasta el final.

Y aún así, hay quien no lo entiende. Que no entiende mi actitud. Podría llegar a decir que yo tampoco la entiendo. Pero he llegado a la conclusión de que estoy harta, que no puedo levantarme si me vuelven a empujar, que no soy tan fuerte, que nunca lo he sido y que nunca lo seré. Cuando no quiero sentir, me doy cuenta de que digo santeces, que no puedo lograr ni aquello, por muy fácil que parezca. No no puedo.
Quizás sea una mierda como algunos pensarán, una mierda que ha perdido a una persona demasiado importante para ella, que le hacía olvidarse de todo lo malo y cuando al fín pude sentarme sin alertarme de una nueva tormenta, se fue. Se fue para no volver, para no verme más, porque al fin y al cabo tan solo fue un juego, como lo que fui para todos los demás.

Y ahora es ésta mierda con la que no puedo hacer nada para olvidar, todo lo que he vivido, no puedo crecer, no puedo.

"Aún te queda la esperanza, de que todo te vaya bien" dicen. Y cuando nada de eso queda, ¿qué? Dime, ¿qué puedo hacer? ¿qué puedo hacer para que puedan entenderme?¿que puedo hacer para dejar de levantarme con lágrimas en los ojos? ¿qué puedo hacer para olvidar? ¿tengo escapatoria?¿le importa a alguien que me muera?¿le importa a la vida que esté pasando ésto en este momento?.
A nadie le importa nada.