¿Por qué no dejan de hablar?-dijo cansado de escuchar tantas voces a la vez, no conseguía oír nada, por más que lo intentaba, su interior permanecía en el principio de su locura. Ella se apoderó de su mente, pero no se quería marchar. Temía que algún día ésta lo enloqueciese de tal modo que ya no pudiese rectificar. Entre miedos vives pero no lo quieres remediar-se aproximó la vida haciéndole razonar. Se trataba de un intento fallido el poderlo cambiar. Quiero imaginar que el viento sustituye mi soledad-gritó con desesperación.
Sabía que la esperanza era nula, que solo su imaginación la hacía aparecer en aquellos momentos en los que de nada valía correr. Vuela lejos, no vuelvas a caer-dijo la voz, la misma de ayer.
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