martes, 26 de marzo de 2013

No quiero sonreír si no es a tu lado.

No consigo recordar en qué momento sucedió todo, tampoco deseo recordar un pasado que era evidente de lo ocurrido, estaba planeado, todo era como debía de ser. Y así comenzó. Con miles de sonrisas inocentes con rostros avergonzados al presentarse ante un ser desconocido. No la conocía, evidentemente, tampoco me percaté de que aquello era el comienzo de algo nuevo, pero así fue. 
A mi parecer, son pocos los años que llevo junto a ella, ¿seis quizás? puede ser, pero creo situarme en el ayer, cuando la vi por primera vez. Los días pasan rápidos, corren velozmente cuando me sitúo a su lado para intentar averiguar qué nos espera un mañana, o qué errores se nos presentaban en un pasado revolviéndose entre los trozos de oscuridad que decidimos dejar. 
No entiendo cómo pudo haberme aguantado tanto tiempo, cómo pudo hacerme reír con una intensa felicidad. He tropezado junto a ella y me he levantado con su mano a mi lado. Sería necesario utilizar el "gracias" en estos casos, pero se queda tan diminuto, tan indiferente que me faltarían palabras para poder agradecerle todo lo que ha llegado a hacer por mi. 

En ciertos casos, no se merecía tratar con una inútil como yo, tan inmadura y tan estúpida cuando me empiezo a tropezar, cegándome de la tristeza, la que tantas veces me cuesta hacerla desaparecer, pero vuelvo a recordar y tan solo he de mirar hacia otro lado para verla secar mis lágrimas cuando más lo necesito. 

Me quedo corta con todo lo dicho, Alicia, me quedo corta con todo lo que pueda decir, porque no hay palabras ni actos para decirte que eres una de las personitas más importantes en mi vida, por hacerme reír, llorar, soñar, levantar, rozar, incluso ver la posibilidad de borrar un imposible al igual que una barrera que me es complicada de derribar, pero tú haces que todo esto suceda, que los días grises se impregnen de color. 
Solo tú has hecho que crea en la posibilidad de que todo marche bien, que deje de llorar cuando la tormenta aún no decida marcharse, pero recuerda, no quiero sonreír si tú no eres la culpable de mi sonrisa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario