miércoles, 27 de marzo de 2013

Viento.


Me senté en las escaleras para a continuación pensar. En las hojas volar con el viento sintonizar. Ellas caían pero se volvían a levantar, para emprender de nuevo el vuelo e intentar llegar al cielo. 

Me puse a pensar, en cómo pude echarme a llorar, secando mis lágrimas el viento me vino a despertar, del sueño que fantaseaba contra la vida, él ya no la quería. Lo abrazaba con tal fuerza insinuando que quizás podría llegar a entender cómo pude llegarlo a querer. No lo quise, lo quise a mi manera, lo desprecié. 
Vino a traerme el polvo que dejaban las hojas en su recorrido hacia el más allá, me cegó con suciedad para hacerme llorar y sentir el dolor que ni en tu mar, logré borrar.

Hazme creer que aún puedo nadar, en el oscuro mar, tan feroz jugando con mi cabello para enredar sus mentiras en mi dulce despertar, yo quiero nadar, quiero nadar y no mirar hacia atrás, yo quiero olvidar cómo el viento ensuciaba el alma del que ya no quiere amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario