sábado, 16 de marzo de 2013

Susurro del viento.




Y es como uno de esos flashbacks de unas milésimas de segundo. Vuelve a ser un nuevo día, en el que todo puede ocurrir. Hay quienes abren sus ojos y ven tristeza a su alrededor, pero en cambio, hay quienes tienen una sonrisa permanente. Ella tenía miedo, pero seguía caminando en busca de una nueva aventura que la hiciese vivir. Pero siempre existía el mismo temor de siempre, a perder. Había pasado tiempo desde la última lágrima, pero siempre estaban los avisos, las advertencias de aquellos que la intentaban proteger. Vivía con el pensar de que todo terminaría tarde o temprano, que de nada servía sonreír si las lágrimas estaban en la próxima salida. Estaba aterrorizada de sí misma, de sus pensamientos que cada día la acechaban sin compasión. Recuerdos de hacía tiempo le hacían reír y sonreír a la vez, pero como si se tratase de un baúl lleno de sorpresas, volvía a aparecer la oscuridad en un día tan soleado. Sin embargo, hay quienes dicen que debes de aprovechar cualquier situación, que aferrarse a algo te acaba ahogando, que sólo tienes que intentar respirar por tu cuenta porque si compartes el aire quizá no te salves. Pero seguimos caminando, buscando algo por lo que merezca la pena luchar. Ella encontró un pequeño escondite, para intentar esconderse de la absurda sociedad,decía ante la expresión confusa de aquellos desconocidos, que era feliz. Yo en cambio, no tengo la intención de esconderme, de llegar al límite, de parecer cobarde. Tan solo necesito observar un trocito del cielo azul, y a continuación, cerrar mis ojos y perder la razón con el susurro del viento.

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